Lo que ha pasado esta semana con el temporal es un buen espejo de como estamos en Asturies. No estamos preparados
Octubre, cuasi noviembre, nieva. Vale, síque ha sido la nevada del siglo y que para las fechas ha sido muy gorda. ¿Tan gorda comu para que quince mil asturianos hayan quedado sin luz, más de siete mil quinientos por dos días? ¿otra vez? más de dos mil de los 15.000 asturianos que han padecido cortes de luz y teléfono siguen sin ello, algo que se repite anualmente temporal tras temporal sin que las eléctricas hagan nada, excepto subir factura.
¿Tan gorda como para que las comunicaciones con el resto el mundo (y en algunos casos entre nosotros) hayan quedado cortadas? El tren lleva más de dos días sin cruzar a España, nueve puertos han estado cerrados y la autopista del Güerna ha sido malpenes transitable, con cortes intermitentes.
1.300 niños sin colegio.Calles y carreteras rurales anegadas, con las cunetas y alcantarillas atascadas por falta de mantenimiento. La recientemente remodelada cocina de la Residencia Mixta de Xixón, inundada, no se previó en la obra que en Asturies podía llover. Ganaderos recogiendo a toda prisa el ganado de los montañas, incluso entre la nieve, atascando con camiones las carreteras, porque nadie hizo caso al aviso de temporal. La manzana sin recoger, por lo mismo.
Que no me venga nadie con que es cosa del tiempo y en no hay nada que hacer: en los países del norte nieva, diez, veinte veces más fuerte que aquí, nieva y llueve y no por ello la vida para. El temporal estaba avisado, sabemos lo que pasa, porque la última gran calamidad por esta misma causa ha sido hace siete meses, en abril, y se sabe lo que hay que hacer para que no pase, pero en un se fae. Lo que hay aquí es falta de previsión, pasotismo, desidia y la tranquilidad de que nadie, más que la población, pagará las consecuencias.
Llucía F. Marqués
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