La falta de renovación generacional pone en peligro la recuperación económica y la transmisión cultural de nuestro país, un auténtico «genocidio» que arriesga la pervivencia misma del Pueblo Asturiano
Los datos aportados por el Sadei sobre el movimiento natural (ello es, la relación entre muertes y nacimientos) de la población asturiana en el 2.018 arroja la menor cifra de recien nacidos, nada más 5.785, superándose por primera vez el límite de los 6.000 nacimientos anuales, al tiempo que con las 13.297 muertes se alcanza la segunda mayor cifra recogida desde el 1975. El saldo es intimidatorio: 7.512 asturianos menos, datos que no son igualados desde los años 1940 y 1945, en plena posguerra.
El Sadei no interpreta estas cifras, sino que aporta los datos de modo objetivo, reflejando en su avance de los datos que «Por primera vez en la historia Asturies registra menos de 6.000 nacimientos en el año». Tampoco incluye en su informe los datos relativos a la pérdida de población por emigración, datos que harían subir cifra muy por encima de los diez mil asturianos menos en este último año.
No hay previsión de que las cifras mejoren en los próximos años, en una Asturies envejecida en la que la juventud no cuenta con la estabilidad suficiente para plantearse una familia y las espectativas laborales no garantizan el acceso a la vivienda ni a un nivel de vida digno.
Llucía F. Marqués
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