Más perros que chiquillos

  • 18 febrero, 2019

No es solo el descenso de la natalidad y la huida de la juventud, es la soledad en la que viven más del 30% de los asturianos (el porcentaje de personas que viven solas en su hogar en Asturies), con las familias rotas por la emigración y el abandono de los pueblos, las ruinas espectativas de poder llegar a formar una familia y la necesidad de cariño en una sociedad desencantada y castigada también en el emocional, lo que lleva a esta sustitución de lo humano por lo animal

Cerca de 164.000 perros censados, el 50% más que hace cinco años, 10.000 más en solo un año. El tremendo incremento de los animales de compañía es solo comparable al descenso en número de personas, y en ese sentido hallamos el dato más preocupante: hay más perros en Asturies que la suma de chiquillos y jovenes, más perros que menores de veinte años.

Como pronosticaben en las películas de animación (¿alguien vió «Bebé jefazo») el cariño de los asturianos deriva a las mascotas, que vienen a ocupar el puesto de los hijos, y en algunos casos, de las parejas. No es anecdótico, ni es casual. Para la gente más joven, en la actual coyuntura, tener un hijo plantea muchas dudas, un perro es un pobre sustituto, pero un riesgo asumible. Para la gente mayor (recordemos, la gran mayoría de la población asturiana) es en muchos casos la única posibilidad de compañía: el número de personas que viven solas, especialmente mujeres mayores de 64 años, crece año tras año. En todos los pueblos hay perros, en la mayoría de ellos ya no hay niños.

Que la gente tenga perros -o gatos, o periquitos, o peces de colores- no es en si un dato negativo y de hecho la proporción de mascotas en Asturies sigue siendo menor que en Europa. Pero no se puede despreciar el dato como síntoma de un mal mayor: una población envejecida, sola, en muchos casos aislada y alejada de hijos y nietos, que busca compañía en animales y una juventud incapaz de conseguir la estabilidad precisa para formar una familia, con el miedo a un futuro incierto en el aire, sin olvidar como factor importante la problemática psicológica resultante de toda esta tensión, haciendo cada día más dificultosas las relaciones humanas de calidad.

Llucía F. Marqués

Esta obra está licenciada bajo una Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional.

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