En enero ardieron 10’3 Hectareas de superficie forestal en Asturies. De febrero aún no hay datos disponibles. Marzo comienza con 97 fuegos ardiendo a la vez. Se sabe que hay un problema, el 46% de la superficie de Asturies es arboleda y está en peligro; la desidia de no lo prevenir ni frenar hace al «Principado» tan culpable como los que provocan los fuegos
Para los ecologistas, el origen de la mayoría de estos incendios está en el levantamiento de los acotamientos al pastoreo en las zonas abrasadas, y de hecho desde que se tomó esa medida, en el 2017, se multiplicaron los casos. Asturies es el único territorio de la Unión europea en el que se permite llevar el ganado a pastar en los terrenos afectados por las quemas, haciendo rentable los incendios e impidiendo la correcta recuperación de los bosques.
Los ganaderos se defienden argumentando que ellos los son primeros afectados por los incendios, son su casas las que peligran y en muchos casos el propio ganado es víctima del fuego.
Está claro que, por mucho que no llueva, los árboles no encienden solos y ya sean pirómanos, ganaderos, papeleras a la recolecta de madera o sencillamente, gente que no es capaz de entender que «riesgo extremo» quiere decir que bajo ningún concepto se pueden quemar rastrojos, la mano del ser humano está tras la gran mayoría de estos incendios.
Otros apuntan como causante de estas olas de incendios a una política forestal que sustituye el bosque autóctono -más resistente al fuego y menos inflamable- por pinales y eucaliptales, delos que se sabe que multiplican el riesgo y la gravedad de los incendios.
Finalmente, los recortes en los medios y personal del cuerpo de bomberos, justo cuando más daño está haciendo el fuego, hace imposible la lucha efectiva para frenar los incendios.
En síntesis, tenemos oleadas de incendios anuales, más de 6.000 en los últimos cinco años, de los que aproximadamente el 90% son, según los informes de la Fiscalía de Medio Ambiente del Tribunal Superior de Justicia de Asturies y los datos de las Brigadas de Investigación de Incendios del «Principado» de Asturies (Bripas), provocados por el ser humano, sin que se persiga y castigue con fuerza a los culpables. Tenemos 61.300 hectareas de eucaliptos -y aumentando- plantadas en Asturies, que alimenten y dan fuerza a los incendios, mientras el «Principado», en lugar de eliminarlos, sigue permitiendo y apoyando la plantación. Y tenemos, para rematar, un cuerpo de bomberos insuficiente y con medios escasos para enfrentarse a estas situaciones de emergencia generalizada -que se empiezan a convertir se en cotidianas, de tan repetidas- y un gobierno que se sienta a mirar y esperar que llueva.
Unos nos queman y otros nos dejan arder.
Llucía F. Marqués
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