Según los resultados aportados por la Encuesta de Condiciones de Vida correspondiente a 2018, publicada ayer por el INE, el porcentaje de población en riesgo de pobreza o exclusión social en Asturies subió al 20,89%, más de dos puntos por encima de cifra del 2017 – 18,5%-
Es escalofriante el simple hecho de que asumamos como normal la existencia de una bolsa de pobreza, como si fuera inevitable que un porcentaje de la población asturiana subsista en la miseria, careciendo de los medios básicos para llevar una vida minimamente digna. Pero no solo es que esta bolsa exista y que lo aceptemos, sino que crece, anual, continuamente. Si el año pasado decíamos que en cada clase había casi 4 niños con serias dificultades para llevar una vida digna, este tenemos que pararnos a pensar que son al menos cinco los que tendrán dificultades para llevar merienda a clase todos los dias, no digamos ya para comprar el material escolar o pagar excursiones.
Porque además esta pobreza se ceba muy especialmente con los menores, siendo las familias monomarentales junto con las personas mayores de 65 años las que en peor situación económica se encuentran, según reflejan las encuestas.
Imposible no unir mentalmente esta noticia con la que publicábamos ayer sobre las prioridades en los ayuntamientos y las subidas salariales.
Llucía Fernández Marqués
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