Abren nueve centros para mayores y cierran doce escuelas, un recuento que vale para resumir la situación demográfica de emergencia a la  que nos llevaron las políticas de las últimas décadas

No es solo que se hayan perdido cerca de 6.000 asturianos el último año, 63.000 en una década, ni que nos hayamos acercado pelligrosamente a la límite del millon de habitantes -que según el SADEI alcanzaremos para el 2023- con cifras que no se alcanzaban desde la posguerra; la verdadera tragedia está en el envejecimiento.

Si actualmente el número de mayores de 60 años triplica ampliamente el de menores de 15, para dentro una década, caso de cumplirse las previsiones de la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales, lo cuadriplicaría.

La mayor esperanza de vida se une a la baja natalidad para ofrecer datos escalofriantes, como que para el 2029 habrá tantos mayores de 90 años comu menores de menos de cuatro.

Resumiendo, la población con necesidades geriátricas crece esponencialmente, mientras que la que tiene necesidades educativas disminuye. Esto podría derivar, con políticas de otro tipo, en un impresionante avance del sistema educativo, manteniendo la inversión con menos colegiales, pero de hecho es a la contra, ya que la opción del «Principado» es cerrar colegios y forzar traslados, especialmente en la zona rural, la más afectada por el envejecimiento y la despoblación.

Doce escuelas menos justificadas por un descenso de alrededor de los 4.000 colegiales y nueve geriátricos que recogen, no solo el incremento de la población de mayor edad, sino el efecto de la emigración de las generaciones intermedias, que rompe la convivencia familiar y el cuidado de las personas mayores por parte de sus hijos y nietos.

Llucía F. Marqués

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