Desde Andecha Astur critican el postureo esteril del actual presidente del «Principado» en cuestiones tan importantes como la soberanía, la oficialidad o la renovación política del corrupto gobierno de Asturies
El despacho de Belarmino Tomás, presidente de la que fue la última institución soberana libremente escogida por los asturianos, fue tomado como botín de guerra por el Ejército español tras la ocupación de Asturies en el año 1937. Desde que entonces, y hasta que en el año 2.001 Andecha Astur solicitó su devolución y su declaración como bien cultural, dormitó olvidado en un almacén militar, sin que nadie pidiera su retorno al patrimonio asturiano.
Ante la indiferencia del «Principado», institución que si bien no es heredera del Conceyu Soberanu sí que es el organismo que debería pedir la devolución al Ejército Español, el partido nacionalista continuó reclamando por su cuenta al ejército este mobiliario en los siguientes años. Finalmente, en el 2007 fue aprobada su devolución y entregado al «Principado»:
Desde entonces volvió a descansar inutilizado, hasta ahora, cuando en una magistral demostración de puesta en escena, Adrián Barbona firma en él sus primeros decretos como presidente.
Desde Andecha Astur le recuerdan a Barbón que ni el «Principado», figura impuesta por el estatuto que los asturianos no pudieron votar, es heredero del Conseyu Soberanu de Asturies y Llión, ni él representa, como representó Belarmino Tomás, la voluntad soberana del pueblo asturiano.
En palabras de Llucía Fernández, portavoz de la organización, Barbón está revelándose como un artista del postureo, superando en su campo al mismo Podemos. No contento con su magistral actuación utilizando el asturiano como cebo electoral, pero sin asegurar la Oficialidad, ha pasado a hablar de «la Nueva Asturias», siendo como es un conocido hombre de Villa, con cargos políticos en el partido en la era de mayor corrupción y cuya gestión si por algo ha destacado es por el grado de sumisión y servilismo a las políticas emanadas desde Madrid. Ahora utiliza la figura de Belarmino Tomás y del Conseyu Soberanu para limpiar su imagen y la de un «Principado» impuesto desde Madrid, queriendo utilizar para si todo el simbolismo encerrado en esos muebles, pero dejando a un lado los valores que representa y todo lo que sea Soberanía. Lo dicho, un artista.»
Redaición InfoAsturies
Esta obra está licenciada bajo una Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional.