El consejero de Salud, Pablo Fernández, al ser preguntado por la posibilidad de que el conocimiento del asturiano sea valorado a la hora de contratar profesionales, replica que desde el gobierno de Adrián Barbón no cuentan con ello. Este tiene dos traducciones: los facultativos que no un sepan hablar asturiano no tendrán que aprender para trabajar en Asturies y los pacientes asturianos seguirán sin tener medicos que los entiendan al hablar de sus dolencias
Dos recuerdos vienen a mí al tratar este tema. El primero, mi padre en el Hospital de Xove, en Urgencias, contando a la medica de guardia que se mancó na pata, que-y duel permuncho de la rodiella al cadril y nun ye aguantase; la medica llamándome a un aparte y preguntándome discretamente si mi padrepresenta señales de demencia senil «Su discurso es confuso, incoherente, no le entiendo.» La segunda, acompañando a una chiquilla de Rusecu, concejo Sobrescobiu, de tres años escasos, con una brecha en la cabeza y que, estirada en la camilla para recibir puntos, solo pedía el consuelo de su muñeco de trapo «Apúrrime l’esbardu, traime a esbardín» ante la total incomprensión del enfermero, que nos manda marchar de la consulta -con su oso- porque ponemos nerviosa a la niña.
Podría contar muchos más ejemplos, hombres sometidos a examen rectal por declarar dolores de tiesta, diagnósticos equivocados de retraso en el aprendizaje o de demencia senil, mujeres mayores incapaces de contar al ginecólogo donde les duele o les pica… miles de casos de asturlanfates incomprendidos por sus médicos y otros milens de asturianos que, avergonzados de si mismos, cambian el idioma a propósito en la consulta.
Eso sí, gracias a los cien traductores recientemente adquiridos por el «Principado», puedes tener suerte y hacer que te entiendan en japonés, pakistaní o cualquiera de los ochenta idiomas disponibles en algunos puntos de la sanidad asturiana.
Los derechos de los asturfalantes no importan, porque, como ha dicho Pablo Fernández «no se pondrán trabas al acceso al servicio público». A los profesionales que ignoran el asturiano no se les pondrán obstáculos, esos quedan para los pacientes asturianos, que continuarán siendo desatendidos y maltinterpretados cuando se trata de su salud. A nadie importan, o al menos al consejero, no. Después de todo, su salud es nada más cuestión de vida o muerte.
Llucía F.Marqués
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