«Ausencia total de control interno». Así define la Sindicatura de Cuentas la gestión de las subvenciones nominativas concedidas desde el 2016 por parte de la mitad de las consejerías de la administración.
Subvenciones nominativas es como se llaman a las otorgadas directamente, sin pasar por un proceso previo de concurrencia, ello es, las concedidas a dedo. Nada más en el 2017 han ido a parar a estas ayudas directas cerca de 46 millones de euros, y otro tanto en las que han sido prorrogadas sin auditoría ni concurso en el año 2018, ello es, queda probada la existencia de una intensa red clientelar de la que se benefician los afines al gobiernín.
El incumplimiento reiterado de la obligación de auditoría durante los últimos años es especialmente acusado en las consejerías de Hacienda y Sector Público, Desarrollo Rural y Recursos Naturales e Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente: estas consejerías no recogen en sus planes estratégicos de subvenciones ninguna mención a las nominativas, lo que, como advierten desde la Sindicatura, podría obligar a la devolución de las mismas por parte de los beneficiarios.
Además de ello, el informe recoge una buena lista de «incorrecciones» contables, como no remitir a la sindicatura la obligatoria información en materia de contratación o remitirla incompleta, contabilizar comu ingresos los 166 millones de euros que adeuda el estado de los fondos mineros, presentar memorias incorrectas que no se adecuan a la estructura exigida por el Plan General de Contabilidad o no acreditarse el seguimiento de la ejecución de los contratos.
Llucía F. Marqués
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