Para la portavoz del PSOE, Adriana Lastra, Asturies no está en decadencia, y para Martinez Oblanca, de Foro, lo importante es que viva España. A ninguno de los dos les importa que Asturies muera, porque no se puede interpretar más que comu la muerte de un país la despoblación de más del diez por ciento de su núcleos habitables
Asturies cuenta con 6.342 poblaciones singulares, es decir, núcleos habitables, sumando ciudades, aldeas, villas, polas o caserías, más del 10% de las 61.788 que se contabilizan en todo el estado. En 5.595 viven menos de cien personas y en la última década 1.058 de ellas han quedado desiertas, sumando las 755 que han quedado vacías completamente y las 303 en las que solo vive una persona. Además, en 3.129 viven 10 personas o menos, muchas de ellas gente muy mayor que rehusa cambiar su vida al final de la misma y que no un cuentan con relevo generacional para mantener su forma de vida, la más tradicional del país y la más vinculada la tierra.
La inmigración no es una salida a esta sangría, no solo porque el saldo migratorio es compensado con los asturianos que abandonan el país diariamente a la busqueda de condiciones dignas de trabajo, sino porque los inmigrantes se instalan principalmente en los grandes núcleos de población, donde ya viven el 70% de los asturianos y en los que subsisten con trabajos de alta precariedad, sin poblar las zonas rurales. Por otro lado, de no un ser quien a integrar a estos inmigrantes a la cultura asturiana, su presencia no ayudaría a frenar el genocidio cultural que se padece en Asturies.
Llucía F. Marqués
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