En los últimos tiempos las campañas de Andecha Astur en las redes sociales denunciando el proceso de acelerado despoblamiento bajo el título de «genocidio anunciado» están resultando especialmente impactantes, pero también están generando un cierto debate acerca de lo corrrecto de emplear este término para referirse a lo que ocurre en Asturies.
Hoy, desde InfoAsturies entrevistamos a Llucía Fernández, que responde a estas cuestiones de actualidad
¿Puede hablarse de un genocidio del Pueblo Asturiano?
No hay que quedarse superficialmente en el término, sino en el mensaje. Nosotros utilizamos el término “genocidio” en RRSS por lo que tiene de expresivo, y porque marca la gravedad de la situación, no estamos desarrollando un análisis político, sino denunciando una realidad extrema.
Entonces, ¿no podemos hablar de genocidio asturiano?
Claro que podemos, porque la gravedad de la situación demográfica y social a la que están llevando Asturies lo justifica. Es un genocidio en cuanto a que intentan destruir un Pueblo, el asturiano, es cierto que sin masacres, pero sí generando mucho dolor y mucho sufrimiento. Si quisiéramos ser más precisos tendríamos que hablar de genocidio de baja intensidad.
De todas formas lo que Andecha Astur pretende no es hacer un análisis a ese nivel, sino llamar la atención de la sociedad sobre esta realidad, utilizando un término que precisamente haga eso, impactar, llamar la atención.
Pero el despoblamiento y la emigración no es un fenómeno exclusivamente asturiano, hay otros territorios del Estado español en situaciones semejantes.
Aparentemente puede ser, pero en Asturies no se da una «crisis demográfica» a la usanza. Partimos de una nación receptora de población a la que se somete a un proceso de desindustrialización salvaje, de destrucción de los sectores productivos y de agresión y de destrozo de la estructura socio-económica tradicional, y donde se ejerce una descomunal presión sociológica para convencer a la juventud para que emigre. Es difícil encontrar algo parecido en la Europa actual.
Entonces por que hay gente a la que le parece mal que se emplee el término «genocidio»?
Hombre, la mayoría de la gente con la que interacionamos por las RRSS percibe perfectamente el mensaje y empatiza con él, no hay más que ver como se comparten y los comentarios que recibimos.
En un plano más personal el nivel de aceptación es aún mayor, porque expresa perfechamente lo que siente la sociedad asturiana ante esta agresión. «Están acabando con nosotros», y «quieren eliminamos» son expresiones que escuchamos a cada momento cuando se habla de este tema.
Pero hay gente que considera que usar ese término es menoscabar genocidios históricos, con matanzas generalizadas.
Sí, puede ser, pero normalmente no curre así. El término genocidio cultural o genocidio franquista está muy asumido, y nadie piensa en masacres de poblaciones, y cuando usamos expresiones como «dar guerra» no se está despreciando el sufrimiento de los pueblos en guerra… o la expresión «sangría humana» no procede pensar que nadie esté desangrándose… Es más, entre las definiciones de genocidio está la de «cualquiera de los actos perpetraos con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal» que cuadra perfectamente con lo que está haciendo el Estado español con Asturies
No hay ningún menosprecio, lo que ocurre es que hay quien se escuda en el reduccionismo semántico para justificarse políticamente.
De hecho, si vamos a la definición de genocidio «cualquiera de los actos perpetrados confiando en destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal» se ve que es lo que está pasando en Asturies. La desindustrialización y la sistemática destrucción del tejido económico asturiano responde a una planificación política muy consciente, y su efectos, el paro, la precariedad, la emigración forzada, y la caida de la natalidad ponen en peligro la existencia del pueblo asturiano como tal.
¿Se justifica políticamente?
Claro, lo políticamente correcto es hablar de «crisis demográfica»que es un término neutro y que no implica responsabilidades. Cuando hablamos de «genocidio anunciado» hablamos de responsabilidades políticas, de la existencia de una planificación determinada del Estado español a la busqueda precisamente de esos resultados.
Esta realidad es muy dura de justificar, especialmente para quien mantiene un posicionamiento sucursalista, aún más si se va de «progre», porque implica que están del lado del enemigo, que son colaboracionistas del Estado español en todo ese proceso, y que son corresponsables.
Por eso, a falta de argumentos recurren a la literalidad del mensaje, no al fondo.
¿Pero por qué pasa esto? ¿España tiene manía a los asturianos? ¿nos odian?
No, es todo mucho más sencillo. Por un lado las planificaciones económicas del gobierno central dependen del poder político de los diversos territorios. Si en Asturies hay un «Principado» sumiso que no un se revuelve ante nada, y otras naciones del Estado tienen poder político y defienden sus intereses, las inversiones económicas irán a esas naciones. Es normal.
Pero sobre todo, el reino de España tiene un descomunal problema con las naciones que tiene bajo su dominio, especialmente Catalunya y Euskal Herria, y aunque en Asturies nos hayan impuesto un Estatuto y un «Principado» con el que pastoreamos, lo cierto es que todas las encuestas sociológicas muestran una conciencia nacional asturiana enorme, mayor que en alguna de las mal llamadas «comunidades históricas», y una desafección a España y lo español inmensa. Para ellos, y como dijo el espresidente del “Principado” Vicente Álvarez Areces, «El problema es que Asturies tiene demasada identidad».
¿Cómo pueden controlar eso? Pues asimilándomos. Desindustrializando y destruyendo el conjunto del tejido socio-económico, la identidad cultural, y forzando a la emigración de la juventud, de tal manera que de una nación industrial, económicamente viable, con un nivel formativo alto y demográficamente ascendente, acaban haciendo una provincia con la mitad de la población y social, económica y culturalmente dependiente de Madrid.
No es que nos odien, es que existe un conflicto de intereses, ellos quieren una provincia española más, «una hermosa provincia del norte», y nosotros queremos seguir siendo una nación.
¿Hay alternativas o hay que rendires definitivamente?
Hay alternativas, se construyen día a día y Andecha Astur es y será incansable. El Pueblo Asturiano está respondiendo con celo a las políticas asimilacionistes españolas, no solo defendiendo cada puesto trabajo, la identidad y la cultura asturiana, sino también resistiéndose a emigrar. La entereza de la juventud asturiana frente la emigración es heroica, con mucho sufrimiento, pero resistiendo.
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