Una brecha es, simplemente, un indicador de desigualdad y por lo tanto, de injusticia; Asturies está a la cabeza en brecha salarial entre hombres y mujeres, con la brecha entre quienes más tienen y quienes menos creciendo año a año, con una brecha descomunal entre las pensiones más altas y las más bajas, y también entre los primeros en la brecha digital
En Asturies coexisten dos versiones de esta brecha tecnológica: por un lado quienes, sin emportar donde vivan, no pueden permitirse el pago del acceso a internet y por otro, quienes viviendo en las zonas rurales deben soportar tarifas mucho más altas que en las ciudades o incluso la imposibilidad de conectarse por falta de la infraestructura necesaria para ello: en Asturies aún son numerosos los pueblos de más de 10 habitantes a donde no llega la red.
Además, el envejecimiento de la población rural hace que muchos de los habitantes de estos pueblos no cuenten siquiera con los conocimientos que les permitirían aprovechar los beneficios que aporta red. Internet podría ser un apoyo que contribuyera a fijar población en los pueblos, mejorando las comunicaciones, como herramienta en la gestión de explotaciones ganaderas y agrícolas, permitiendo acceder a recursos y servicios que no están disponibles en pequeñas poblaciones -bibliotecas, tiendas especializadas, estudios a distancia- o facilitar gestiones con la administración. Por contra, su falta es un argumento más para el abandono rural.
Nuria Prendes
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