La falta de una representacion asturiana en el gobierno estatal permite que Asturies siga estancada sin competencias, sin asumir ni siquiera las reconocidas en el Estatuto de Autonomía, mientras las nacionalidades que si están representadas van alcanzando su autogestión
En el 2006 Asturies asumía las competencias de Justicia, lo que implicaba la gestión de los medios materiales y económicos para administrar esta cuestión. Desde entonces Asturies no ha recibido ningún otro traspaso de competencias, ni siquiera aquellas que vienen recogidas en el ya de por si pobre Estatuto de Autonomía. Competencias como la gestión de los ferrocarriles que circulan completamente por Asturies no han sido jamás solicitadas a Madrid y otras, como la creación de un Servicio de Metereología propio, no se han desarrollado a pesar de que, de hecho, podría hacerse sin falta ni siquiera de traspaso.
Como disculpa para no asumir estas competencias a las que Asturies tiene derecho, el «Principado» esgrime el argumento de «los altos costes económicos y la dificultad de gestionar esas competencias», autoproclamándose incapaces de manejar en beneficio de los asturianos un dinero y unos servicios que nos corresponden, ello es, declarándose incapaces de gobernar Asturies.
Mientras tanto, como se vió en el reciente acuerdo para la investidura de Pedro Sanchez en el que se incluye el traspaso de competencias a vascos, Navarros y gallegos, la presencia de partidos nacionalistas en el gobierno central permite a otras nacionalidades ir avanzando en su autogestión. Dos de las competencias recientemente asumidas por estas comunidades son las de tráfico y en el caso de Galicia, la gestión de la autopista AP-9.
Nuria Prendes
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