Después de un verano en el que la masificación turística ha generado problemas en los puntos más emblemáticos del país, sin apenas vuelos ni comunicaciones con el exterior, con unos niveles de contaminación que convierten el aire asturiano en un de los más dañinos de Europa y con un inquietante grado de precarización laboral en el sector, el gobierno de Adrián Barbón acaba de anunciar la repetición de la fórmula que prioriza el turismo como sector de futuro en Asturies
Casi 40 años después del lanzamiento de la mítica campaña «Asturias, Paraiso Natural» la viceconsejera de Turismo, Graciela Blanco, acaba de anunciar que el «Principado» invertirá 6,8 millones de euros «para reforzar Asturies como destino turístico». La fórmula, repetida hasta la saciedad en las últimas décadas, se basa en 3’4 millones de euros en campañas de publicidad (un 76% más que el año anterior) y la participación en los principales salones temáticos de turismo.
Contando con una población que destaca por su preparación universitaria en todos los ámbitos y una tradición agrícola y ganadera de siglos, el “Principado” sigue viendo el turismo rural como única opción y sector fundamental para el desarrollo económico. Las opciones laborales que ofrece este seutor son sin duda abundantes, aunque quizás poco apetecibles : la hostelería es el sector que genera trabajos de peor calidad y mayor rotación; también es el más sensible a las variaciones económicas y el primero en caer en caso de crísis.
En su intervención ha quedado sin resolver que estrategia cuentan seguir para que esos turistas lleguen a Asturies, ni cómo se moverán por el país, habida cuenta de los problemas de comunicación internos y externos que se padecen. Tampocu se ha hablado de la dificultad de seguir planteando un «destino de naturaleza» al tiempo que se desprotegen los espacios naturales y se consiente las continuas emisiones contaminantes que convierten el aire asturiano en un de los más peligrosos de respirar de Europa.
No se ha mentado, de hecho, la necesaria protección de los espacios naturales ante la masificación, o la lengua, la arquitectura y la identidad asturiana como elementos diferenciadores capaces de atraer un turismo respetuoso y de calidad, contrapuesto al turismo de masas, en el que la baja rentabilidad económica acostumbra acompañar a su alto impacto negativo.
La Viceconsejera ha informado también de que ya se está trabajando para seguir en la misma línea en la década 2020/2030.
Nuria Prendes
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