No se dirá que la iglesia no cuida de su rebaño en estos tiempos de pandemia. No, no han donado un céntimo ni han transformado aún las iglesias y seminarios en hospitales y es cierto que se han dado casos de abandono de viejos en los geriátricos dirigidos por monjas, pero no seais desagradecidos, ellos hacen algo mucho más importante, imprescindible para el país y a juzgar por lo visto, admitido entre las actividades esenciales con permiso para ejercer: dar misa
Ayer fue Domingo de Ramos, inicio la celebración de raíz pagana que celebra el origen la primavera y que la iglesia católica ha apropiado para si comu hizo con buena parte de los ritos precristianos, convirtiéndolo en el inicio la Semana Santa. Esta semana es también fecha de abrir toneles de sidra en espichas y juntarse para degustar la primer sidra del año. Sin embargo, estoy segura de que veremos más «fieles» y curas desobedeciendo las restricciones que sidreros siguiendo su tradición, y no por falta de pasión, doy fe de ello, sino por buen juicio. Y porque no nos dejan.
De hecho y han saltado a las redes imágenes de misas clandestinas, en templos y al aire libre; por ejemplo, en la Tenderina (Uvieu), donde la Hermandad de los Estudiantes, organización muy querida por los incondicionales del antiguo régimen y nostálgicos del fascismo, cellebró una estilosa misa de Ramos con participación de cerca de 12 personas, tocando las trompetas como buenos anunciadores del fin del mundo y agravando la situación con el himno de España a grito pelado.
El mismo día, en Cuadonga, curas y monjas se han reunido para rezar -según se ve en las fotos de la prensa oficial- sin distancias de seguridad, mascarillas ni limitaciones al movimiento. Imagino que tendrán protección divina y que con eso les basta para no contagiarse entre ellos ni esparcir vírus en su ir y venir; y tendrán también protección castrense, porque a ellos nadie les alza la voz y si yo salgo del portal de casa tengo a todas las fuerzas de seguridad asegurándose de que la haga compra dentro los parámetros legalmente permitidos.
En muchas otras iglesias retrasmitieron la misa a distancia, porque está claro que es una actividad esencial e indisensable para la sociedad asturiana, que no puede detenerse por una simple pandemia.
Me muero de ganas de que llegue el jueves ¿Espicharán los lagares su sidra, por supuesto en petit comité, para los más cercanos? ¿Retransmitirán en las teles las catas de la sidre nuevo? ¿y el viernes? ¿Qué pasa con el Sidracrucis? ¡Quiero vivir mi pasión! Reclamo para los fieles de la Iglesia la Sidrología los mismos derechos que para los católicos. Queda dicho.
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Llucía F. Marqués
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