Del Blog El Xanu’l Caborniu
Lluis de Turiellos
Suena a cada momento, durante la cuarentena, la cantidad de cambios que llegarán a continuación. Pues sí, dicen mil coros de voces que, después de esta calamidad que nos acota, la sociedad no será la misma. Habrá cambios futuros y tal vez hondos
Así que, suponiendo que nos encontremos de verdad a la puerta de cambios que nos encaminen a un futuro diferente al que conocemos, ¿cuál será el sentido de esas transformaciones?
Podríamos pensar que, de aquí para adelante, vamos a enveredar hacia una sociedad mejor, más justa, solidaria, democrática, respetuosa con el medio ambiente, etc.
Pero no tiene por qué ser así el hito el cielo hacia el que vamos. Podría ser contrario. Una sociedad menos justa, menos democrática que cercene la diversidad biológica y la naturaleza…
Ya he escrito en entradas anteriores que los indicios que estamos observando en estas eras de confinamiento son para preocuparse. Recortes de libertades exagerados y sin semejanza con las restricciones de otros estados europeos, ciudadanos cambiando en guardianes del orden imperante, regusto por el estado policial y represivo. Encabritamiento social. Las peores manías se revelan raudales y por todas partes.
Y relampaguea algo fácil de comprobar. Vivimos en una sociedad donde las mentes simplistas afloran por todos los lados. Hay veces que encontrar gente con espíritu crítico, con capacidad para desenvolver riñas razonadas y para debatir argumentando se asemeja a buscar una aguja en un pajar.
Los cambios sociales de progreso tienen que tener el apoyo social de gente preparada, afanado, concienciada, crítica y con criterio propio. Que funcionen como individuos difíciles de manipular y no como rebaño de manejar fácil.
¿Qué tipo de base social tenemos hoy en día para encarar el futuro?. ¿Una sociedad de mentes bien amuebladas y difíciles de manipular o una hermandad de mentes simples?. ¿Qué pesa más en la balanza?. Ahí dejo la pregunta del millón.
Pues sí. A lo mejor, en los tiempos venideros, seremos testigos de cambios hondos. Pero no será lo mismo ser testigos activos, erguidos y altivos que espectadores manazas y dóciles de lo que en los deciden otros. Claro que nada está escrito y también había podido darse que tanto supuesto cambio después de cocer menguare y que siguiera todo parecido a como estaba o mucho peor.
Así que hoy pondré el ramo al post tirándo por lo segado y echando mano, otra vuelta en esta bitácora, del dicho conocido y manido sacado de la canción de Bob Dylan: “la respuesta está en el viento”
Esta obra está licenciada bajo una Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional.
