«El cambio en la contabilidad de los casos reduce el número de hospitalizados y de fallecios en Asturies» dice textualmente el titular de un periódico asturiano. Como si esas fueran cosas que pudieran «reducirse», como si pudiéramos borrar el paso por el hospital, la angustia, el dolor de las familias con apretar en el ordenador un número más pequeño
El diecisiete de Mayo del 2020 se registraban en Asturies un total de 317 defunciones por covid-19, una cifra que esconde 317 nombres, 317 caras, 317 familias.
El diecinueve el mismo mes, ayer, a las ocho de la tarde, solo eran 303 los muertos.
¿Conseguimos en Asturies el milagro la resurrección? ¿había habido 14 errores médicos o de contabilización y esas personas jamás habían muerto? ¿Hay 14 zombies por el país, ocultos detrás de la mascarilla?. No. Han Cambiado el sistema de contabilización y sencillamente, esas ya no cuentan.Literalmente.
A los hospitalizados también los desaparecemos: pasamos a 1.088 desde la anterior cifra de 2.328.
¿El secreto de esta brusca «mejoría»? Desde Madrid dicen que hay que cambiar el sistema de contabilidad. Ahora nada más cuentan los confirmados por PCR -prueba que no se ha hecho a todos los hospitalizados, ni a todos los fallecidos ni mucho menos a los cientos de enfermos que han pasado el virus en casa sin atención medica por ser casos menos graves»-. Resultado: de un clic la tragedia es menos y sus gestionadores pueden ponerse más a gusto la medalla.
De todo ello saco tras conclusiones:
Una, que la información que nos dan es intencionadamente sesgada, incompleta y errónea, ya que manipulan los datos a su gusto según les convenga.
Dos, que con esta gente hasta entre los muertos hay gente de primera y de segunda.
Tres, que si lo manda Madrid, se obedece, punto.
Resumiendo, nos mean encima y nos dicen que llueve.
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