El problema no es quien es el rey. El problema es que es el rey
Del Facebook de Koldo Campos Sagaseta
Me es indiferente que el emérito rey matara a su hermano, pasara por encima de su padre camino del trono, y acabara siendo puesto en evidencia por su hijo en una borbónica trinidad de cuya pestilencia paso por prescripción médica, y porque el problema no es que el rey sea un villano o no lo sea, el problema es que es el rey.
Y me es indiferente si es el primero o el décimo; si se llama Fernando, Manolo o Valeriano, porque el problema sigue siendo que es el rey. Así fuera un ejemplar esposo y un amoroso padre, un hombre trabajador y honesto, virtuoso cristiano, persona recatada y sobria, muy sobria, de incontables habilidades y talentos; así fuera un feminista declarado y un rey comprometido con el medio ambiente, incluyendo los osos y los elefantes, el problema seguiría siendo que es el rey o, lo que es lo mismo, la monarquía. Y no hay forma de encajar la monarquía en el calendario del siglo XXI que no sea como disfraz de carnaval o corona navideña.
Yo no quiero ser súbdito de un espermatozoide, por más azul que sea, convertido en Jefe del Estado y símbolo de la sacra unidad de la patria, cuya impuesta autoridad se considera inviolable. Yo no quiero reyes, ni príncesas, ni infantas, ni nobles de cuna, ni cuentos de hadas, ni tronos de mugre. Me conformo con algo más común y menos grotesco.
(Preso politikoak aske)
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