Esta noche han comenzado las jornadas de huelga convocadas por las trabajadoras de ALSA, una huelga en la que no solo defienden su futuro laboral, sino los derechos de miles de usuarios del transporte público
Los trabajadores de la empresa de transportes ALSA tienen claro que se juegan mucho en esta protesta y por lo tanto están demostrando a la patronal que van en serio, con acciones reivindicativas de fuerza desde el primer minuto, siendo ya más de una docena los vehículos de la empresa con desperfectos.
La huelga continuará hasta el 9 de octubre y después indefinidamente todos los lunes, miércoles y viernes.
El motivo es que ALSA se niega a reponer líneas y horarios anulados con la disculpa del covid19, con la correspondiente pérdida de puestos de trabajo y de servicio a los viajeros, siendo especialmente castigadas, otra vez, las zonas rurales y las alas oriental y occidental de Asturies. Igualmente importante es la intención del cierre definitivo de las taquillas, que también conlleva, junto a la pérdida de empleos, consecuencias importantes para los viajeros, al desaparecer la interacción personal, la posibilidad de recibir información, ayuda o hacer una reclamación in situ. La falta de taquillas afecta especialmente a aquellos para quienes la edad o las condiciones físicas dificulten la interacción con máquinas, ello es, a la mayor parte de la población rural asturiana.
La sociedad asturiana no puede sino apoyar esta protesta y agradecer a los trabajadores su determinación en enfrentar esta «nueva normalidad» aplicada al transporte público.
Llucía F. Marqués
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