Está hurtándose a la sociedad asturiana el debate sobre la gestión del Covid-19: qué está pasando, porque estamos como estamos, cual es el papel del “Principado” que pinta Adrián Barbón…. A esas preguntas, y a alguna más, responde Llucía Fernández, en calidad de miembro de la Junta Ejecutiva, de Andecha Astur, única organización política que hasta ahora viene manteniendo un análisis de la pandemia desde una perspectiva asturiana

La pregunta que todo el mundo se hace ¿Cómo se pasa de ser una zona 100% libre de Covid a las cifras en las que nos movemos ahora mismo?

El papel de Barbón en esta crisis del Covid19 es patético, y en muchos sentidos criminal. Reconociendo la evidencia de que tendría que aislarse Asturies del Estado español para evitar la entrada de vectores de transmisión, no solo no lo hace –“no tengo competencias”- sino que ha vendido turísticamente Asturies como destino seguro, trayéndonos en los meses del verano una masificación turística precisamente de la población con mayor porcentaje de afectados por la enfermedad. Esa es la causa principal de la “segunda ola” en Asturies, eso explica por qué estamos así.

En Asturies lleva saqueándose la Sanidad Pública desde hace años, en la misma dinámica de desindustrialización y arrasamiento del tejido socio-económico asturiano. El Estado español con sus cómplices del “Principado” vienen aplicando un  progresivo desmantelamiento de la Sanidad Pública Asturiana y dándole empuje a su privatización, tal cual viene denunciando Andecha Astur desde hace tiempo: cierran centros de salud, no renuevan las plazas de profesionales sanitarios que se jubilan, no forman bastantes profesionales en este campo, ni se facilita su especialización, y lo que es peor, se les obliga a emigrar al no ofertarles una alternativa laboral con un mínimo de garantías salariales y de estabilidad.

En esa situación, nuestra sanidad pública ya se veía saturada en cuanto aparecían las periódicas epidemias gripales, con pacientes amontonados por los pasillos… ni que decir tiene que no existía ninguna posibilidad de enfrentarse con garantías a esta pandemia.

Llevamos desde mayo sabiendo que habría una segunda ola ¿se las tomaron las medidas oportunas para controlarla?

La realidad es que desde que comenzó el Covid19  el “Principado” no ha tomado ninguna media de refuerzo de la Sanidad Pública Asturiana, por más que era evidente la falta de recursos humanos y materiales en la que se encontraba, y era sabido y anunciado que vendría otra segunda ola, aún más peligrosa.

Si ahora estamos a las puertas de un nuevo confinamiento no es una casualidad, es la consecuencia de unos políticos responsables del escalamiento de la Sanidad Pública, y que no han cumplido con sus obligaciones, esperando órdenes de Madrid y dedicándose a hacer –como Adrian Barbón- una política de sermonéo, tuits y posturéo.

En Asturies la respuesta frente al Covid19, pasaba por el aislamiento territorial del Estado español en la fase en la que Asturies no padecía la pandemia, el reforzamiento urgente de la Sanidad Pública, dotándola de los medios humanos y materiales precisos para hacer frente a la situación con un mínimo de garantías, la protección social a los sectores sociales más desfavorecidos, que son  los principales perjudicados socio-sanitariamente, y las ayudas a todos los afectados por las restricciones sanitarias.

Por más que falseen datos lo cierto es que no hay suficientes camas, ni UCIS, ni profesionales sanitarios, ni medios para atender eficazmente a los enfermos; que se están anulando intervenciones de otras patologías que no un se consideran tan urgentes, desatendiéndose los crónicos, bajando la atención primaria a niveles tercermundistas. Por otro lado la desasistencia social se dispara, ya era mala, pero ahora es peor, decenas de miles de familias asturianas se encuentran sin recursos, en una situación de pobreza injustificable, y para encima los sectores afectados por las restricciones sanitarias tampoco están recibiendo un mínimo apoyo institucional… se precariza la vida, de hecho se pone en juego la vida de los asturianos y asturianas.

Habláis de la necesidad de medidas de protección social… ¿Por qué?

La pandemia tiene un sesgo social claro que no un puede obviarse. No hay más que ver estadísticas para ver que la mayor incidencia se encuentra en los barrios obreros y los sectores sociales más desfavorecidos, por culpa de las malas condiciones socio-sanitarias en las que se encuentran. Por eso, la protección social es urgente, porque padeciendo Asturies un nivel de pobreza de el  24’6%,  y de 13,6%  de pobreza severa (la mayor tasa del estado)  esta crisis  deteriora aún más las condiciones de vida de la gente, o les cuesta la vida, directamente.

La implementación de medidas de protección  y el refuerzo de los servicios sociales es una cuestión urgente, o las consecuencias derivadas de la crisis económica serán más graves aún que las derivadas de la enfermedad misma.

Hay mucho que hacer en ese camino y no hay que dar el brazo a torcer ni un solo paso: plantear medidas como una moratoria de suministros básicos en los domicilios, la paralización de deshaucios -como mínimo durante el estado de alarma-   solicitar la anulación del pago de autónomos e impuestos para las PYMES afectadas por los cierres, garantizar la atención a domicilio a las personas dependientes de alto riesgo, mejorar la atención en salud mental para atender las consecuencias psicológicas de la crisis, preparar la educación para que la brecha tecnológica no vuelva a dejar atrás a los menores más desfavorecidos en caso de nuevo confinamiento… había mucho que pudo haberse hecho en la pausa que nos dio el verano, pero el gobierno del Principado ha preferido centrarse en atraer turismo –con las consecuencias que todos conocemos- y tuitear obviedades.

¿La falta de soberanía asturiana incide de alguna manera en la situación que nos encontramos?

Por supuesto, el escalamiento de la Sanidad Pública Asturiana responde a las políticas del Estado español para Asturies; estuvimos tres meses confinados cuandou la incidencia del Covid19 en Asturiaes era mínima, nos impidieron aislamos del Estado español para evitar la  de vectores de transmisión, y ahora que haría falta, nos impiden confinarnos.

Lo peor es que el propio presidente del “Principado” es el primero que reconoce públicamente estos hechos, pero hace como si no tuvieran nada que ver con el, como si no un tuviere responsabilidades, y sigue a la espera de lo que le manden desde Madrid, sumiso y obediente.

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