Actualmente hay más de 6000 aerogeneradores instalados a lo largo de la cornisa Norte, desde Galiza a Euskadi. El nuevo plan de Energía prevé triplicar esa cifra para el año 2030 lo que repercutirá en un enorme impacto en ecosistemas y paisajes
Desde la Plataforma para la Defensa de la Cordillera Cantábrica no discuten la necesidad de una transición energética con fuentes renovables, pero insisten en que esta transición energética no puede significar la destrucción de parajes únicos y denuncian que el nuevo plan de energía proporcionará enormes beneficios a las corporaciones a costa de la destrucción de ecosistemas y paisajes. La transición energética, insisten, ha de ser ecológica y justa con el medio ambiente y la sociedad en su conjunto, algo que contrasta con la avalancha de proyectos de parques eólicos, la gran mayoría en montañas y parajes de alto valor ecológico y paisajístico.
Por todo ello, la Plataforma para la Defensa de la Cordillera Cantábrica urge una planificación rigurosa y una zonificación de carácter vinculante, frente a la orientativa que presentó el Miteco en Diciembre, que contemple áreas de exclusión que dejen fuera de la planificación aquellas zonas de alto valor ambiental y paisajístico. El Parque Natural de Les Ubiñes-La Mesa, L.laciana, Altu Ayer, Somiéu, Teverga y Quirós, Los Ozcos, El Sueve, El Cuera, Villamayor, Degaña, Babia, Alto Narcea, Ibias, la Cuenca del Esva o Ponga son algunas de las ubicaciones propuestas para la instalación de molinos eólicos.
Llucía F. Marqués
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