La medida de Inspección de Trabajo, que insta a los empleadores de trabajadoras del hogar a regularizar sus cotizaciones antes de abril, no alcanza a las contratadas a tiempo parcial -la gran mayoría-  ni a las miles de empleadas en negro

La medida va destinada a las personas empleadoras del Sistema de Hogar que han registrado contratos a tiempo completo a empleadas del hogar, con salarios por debajo del SMI, es decir, con unas retribuciones mensuales inferiores a 950 euros en 14 pagas o a 1.108,33 euros, en el caso de ser 12 pagas. La inspección actuará si no actualizan las cotizaciones de las trabajadoras, por lo que han dado de plazo hasta el 31 de marzo para que comuniquen los salarios actuales de sus trabajadoras, caso contrario serán objeto de control de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social.

Aunque las asociaciones de trabajadoras del hogar han mostrado su satisfacción ante el anuncio del Ministerio de Trabajo, el hecho es que la medida alcanzará a muy pocas de las afectadas por la precariedad en el sector, y no solo porque la inmensa mayoría de las empleadas del hogar no están -al menos legalmente- empleadas. La práctica totalidad de las limpiadoras y cuidadoras reparten su trabajo entre varios domicilios, pasando unas pocas horas en cada uno, por lo que, a no ser que trabajen para una empresa de limpiezas, lo más probable es que sus jornadas no sumen las horas necesarias para contratos de 8 horas diarias por empleador. En los casos en los que si realizan esas 8 horas -o más- no es infrecuente que sean contratadas por horarios menores a los reales, por lo que tampoco serán beneficiadas por esta medida; al contrario, hay sectores que alertan de que esta medida, necesaria, de no ir acompañada de otras, incentivará aún más la economía sumergida dentro del sector.

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