En la misma operación fueron suspendidos unos 9.100 policías
Pocos días después de la precaria victoria del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, en un referéndum constitucional para la ampliación de sus prerrogativas, denunciado por la oposición como un paso más en su deriva autoritaria, se produce una nueva redada masiva en la República.
Unas 1.009 personas sospechosas de pertenecer al movimiento del imán Fetulá Gülen fueron detenidas en unas 72 provincias. Según Süleyman Soylu, ministro de Interior, «se trataba de una estructura llamada ‘imán secreto’ que intentaba establecer una estructura de seguridad alternativa con su propia agenda y reivindicaciones sin tener en cuenta las reglas del Estado». Horas después, la policía turca anunció la suspensión de 9,103 agentes por presuntos vínculos con el movimiento del predicador, medida que fue justificada en base a motivos de seguridad nacional. Gülen, exiliado en Estados Unidos, está acusado por el Gobierno de Erdogan de ser el promotor del intento de golpe de Estado de julio pasado. Desde entonces la República vive en permanente estado de emergencia, que de hecho acaba de ser alargado unos tres meses más.
Esta obra está licenciada bajo una Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional.