La plantilla de Alu Ibérica vuelve a manifestarse ante la falta de soluciones
El 2019 fue el año de «Alcoa no se cierra». Ayer a las seis de la tarde volvieron a oirse en Uviéu las mismas voces, «Aluibérica no se cierra», «Engañados, abandonados y traicionados». Entonces, la decisión de los trabajadores y el apoyo del pueblo para proteger sus puestos de trabajo fueron determinantes para que «apareciera una solución», la venta de Alcoa al fondo de inversión suizo Parter Capital Group y su transformación en Aluibérica, proceso “tutelado” por el Ministerio de Industria Español, el “Principado” y la Xunta Galicia quienes, teóricamente, debían asegurarse de que Partner garantizara el futuro de la empresa. De ahí, la propiedad pasó a otro fondo buitre, el Grupo Riesgo, y finalmente de un administrador judicial. Actualmente la planta de Avilés se encuentra sin actividad y a punto de verse inmersa en un concurso de acreedores. Los trabajadores llevan tres meses sin cobrar y esperan al ERTE acordado por la justicia que les permitirá respirar un poco.
La manifestación, a la que acudieron centenares de personas, salió de la Delegación de Gobierno, desplazándose hasta la sede de Presidencia del «Principado», con una única reivindicación: una intervención urgente que asegure el empleo y la continuidad de la fábrica de Avilés.
Piden una intervención del Gobierno -hasta ahora Barbón se ha negado a reunirse con ellos y escucharlos- y si es necesario del Estado para evitar que se liquide por completo la fábrica avilesina mientras se busca un comprador solvente que reinicie la actividad industrial. La empresa tiene futuro y puede ser rentable, afirman, sobre todo en un momento como este en el que la escasez de materiales provenientes de Asia hacen especialmente importante la producción de aluminio aquí mismo.
Xicu Llamazares
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