Las cifras del INE tasan en 2.000 al año el número de asturianos que se van a Madrid, a un ritmo de casi seis al día, peso la realidad es aún peor, ya que son muchos los que a pesar de tener residencia en Madrid continúan empadronados en Asturies
El agujero negro que representa la capital española absorbe uno de cada cuatro emigrantes asturianos, principalmente jóvenes con alta formación, que continuarán allí el resto de su vida. Quienes dejan el país están más preparados que los que se quedan, generando no solo un vaciado sino una especie de selección en la que desciende el nivel medio de formación de la población asturiana al mismo ritmo que sube la media de edad. En este círculo vicioso, los que se quedan pueden optar casi exclusivamente a trabajos de bajo nivel, principalmente hostelería, ya que la industria y construcción perdieron este año más de 7.000 empleos, y dada su inestabilidad económica será difícil que se decidan a tener hijos.
La alta empleabilidad, unida a mejores condiciones laborales explica este fenómeno, sustentado por el centralismo de la administración española, que supone que el 80 % de los trabajadores de los ministerios estén en Madrid, así como que allí se encuentre la sede de la mitad de las mil grandes empresas del país.
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