Ya podemos decir que estamos censados hasta los mismos: el Ayuntamiento de Xixón pide a todos los que tengan gallinas, patos u otras aves de corral que se den de alta en un “censo aviar”
Llucía F. Marqués
Hace unos años escuché una de esas historias que tanto abundan en el surrealismo administrativo de nuestro país: un pequeño hotel rural, que contaba con gallinero propio, permitía a los niños que se alojaban allí recoger los huevos de las gallinas para luego comerselos, una idea aparentemente bonita e inocente que permitía a los pequeños comprender que los huevos no vienen empaquetados en docenas de serie. Un día de estos apareció por allí el Fantasma del Control Legal, multándolos por servir huevos “sin procedencia demostrable” (¿¡!?), ya que no habían pasado por el registro de sanidad y no llevaban el correspondiente cuño. Ni que decir tiene que el gallinero quedó clausurado. Como anécdota añadiré que también recibieron un apercibimiento por tener una araña dentro de casa, en medio del monte (era un arácnido ocasional, no doméstico ni asentado en la casa, aclaro)
Me viene esta historia a la cabeza al leer la noticia del censo de gallinas que se va hacer en Xixón (y al padecer más aldelante también en Corvera, Castropol, Gozón, Ribesella, Tapia Casariegu, Vegadeo y Villaviciosa, todas ellas «zonas de especial vigilancia»).
El censo, al que tiene que ir a apuntase los propietarios de motu propiu, está dirigido a los que tengan aves de gallinero no comerciales, sea que las tengan para carne, huevos o simple entretenimiento. El motivo esgrimido es la prevención de una posible futurible gripe aviar, que iba a ser mejor controlada caso de saberse cuantas aves hay en el concejo en este momento, de que especie son, si viven o no al aire libre, en que lugar y con qué sistema se crían (incubadora o natural) por supuesto con nombre y señas de la persona responsable.
No tengo claro la utilidad o no de este censo en caso de epidemia, máxime cuando me consta que al final el porcentaje censado va ser escaso, pero me entran dudas de si, desde ahora será multable tener gallinas sin avisar. De ahí a obligar a tenerles seguro y veterinario hay un paso y de eso a acabar con los gallineros para consumo propio otro.
Tampoco queda claro en la medida si habrá que avisar de las variaciones de número y forma de cría que pasen los animales, aunque espero que no, porque a este paso podremos decir sin riesgo de equivocarnos aquello de que estamos de tanta burocracia hasta los mismos huevos.
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