Uno de los aspectos que pueden influir en la calidad de vida de los pacientes con enfermedades reumáticas es la sexualidad. La prevalencia de los problemas sexuales en las enfermedades reumáticas puede variar entre un 36 y un 70% y aumenta con la duración de la enfermedad.
Las causas son diversas. Problemas físicos o emocionales, alteraciones hormonales, algunos tratamientos y dificultades en las relaciones con la pareja, pueden contribuir a una vida sexual menos activa y a menudo menos satisfactoria.
En las fases de alta actividad puede existir una disminución del deseo sexual debido al dolor crónico, la fatiga y la rigidez. Por otro lado, la alteración de la imagen corporal por culpa de las deformidades puede conducir a una pérdida de la autoestima y a una disminución de la satisfacción sexual. El dolor durante las relaciones, la disfunción eréctil y la dificultad en ciertas posiciones son cuestiones físicas relacionadas también con la sexualidad que pueden desembocar en una pérdida de interés y en una disminución en la frecuencia de las relaciones sexuales.
Los problemas sexuales en los pacientes con artritis reumatoide se han relacionado con la duración de la enfermedad, la pérdida de la movilidad y el dolor articular7. La disfunción eréctil en los hombres se correlaciona con la actividad o severidad de la enfermedad, el dolor y la fatiga. En las mujeres se añade la depresión, afectando al deseo sexual, a la excitación, al orgasmo y a la satisfacción sexual
La falta de comunicación y comprensión de la enfermedad por parte de la pareja o, en ocasiones, demasiada atención por parte del conyugue por miedo de hacer daño físicamente, puede ser otro aspecto que dificulta las relaciones sexuales
En la atención del paciente reumático existe una falta de comunicación en lo que concierne a la sexualidad. Existen barreras por parte de los pacientes, bien por inseguridad para exponer el problema, bien por considerar que la sexualidad no es una enfermedad, bien por miedo de un posible juicio negativo por parte del médico o por creer que nada se puede hacer por los problemas sexuales.
El tema de la sexualidad no suele abordarse habitualmente en las consultas y tampoco se hace referencia a ella en los cuestionarios utilizados para valorar la calidad de vida relacionada con la salud. Las enfermedades reumáticas no deberían suponer ningún impedimento para mantener unas relaciones sexuales satisfactorias. Se debería recomendar planear la actividad sexual de acuerdo con el deseo y la condición física. Es fundamental la comunicación con la pareja sobre los sentimientos, deseos, juegos y necesidades sexuales. Hay que reconocer la importancia de los mimos, caricias y cualquier contacto físico.
Como consejos prácticos, se deberían evitar las temperaturas frías tomando una ducha o baño caliente, o utilizar una manta eléctrica para mantener una temperatura agradable. Es aconsejable estar descansado y relajado, tomar medicación para el dolor 30min antes de tener relaciones y utilizar gel lubrificante íntimo para disminuir las molestias durante el coito. Hay que evitar el tabaco y el alcohol. Se pueden recomendar aquellas posiciones sexuales más eficaces contra el dolor y recordar la importancia que tiene la confianza con los profesionales de la salud.
La parte más atractiva del cuerpo es la mente, y la actitud lo es todo.
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