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Lorient en pie de romería con Rodrigo Cuevas

  • 12 agosto, 2024

 

Rodrigo Cuevas inaugura el Festival Intercéltico de Lorient con una lección de baile y gozo magistral.

Hay públicos exigentes, tibios, serios. Hay públicos entregados, expresivos. Y después está el público de Rodrigo Cuevas, que es una categoría en sí misma. Da igual en qué país esté y ante qué público se presente, porque tiene recursos para levantarlo del asiento y ponerlo a bailar. Y eso es lo que hizo la noche del 11 de agosto en el Théâtre de Lorient, donde había ido a presentar su nuevo disco, Manual de romería (Sony, 2023).

Con él empezaron los días grandes del Festival Intercéltico de Lorient (del 12 al 18 de agosto), una edición más corta a raíz de los juegos Olímpicos de París, que condicionaron la celebración de festivales y otros tipos de macroeventos en el estado francés. No obstante, el piloñés de adopción jugaba un poco en casa, porque fue uno de los artistas asturianos que intervinieron en la edición de 2022, año dedicado a Asturies.

Como bien había advertido la megafonía del teatro, es un agitador folclórico, transformista supremacista y defensor del asturianu, y las dos horas de concierto con las que deleitó al público no fueron para menos. Salió desde el patio de butacas con BYPA (Baxando yo pela aldea), canción que inaugura Manual de romería, para después coger ritmo con MÁS ANIMAL, primer sencillo, donde el juego de luces y cabaret desafió la tranquilidad bretona. Con dos temas bien echados, podía pasar a explicar en francés qué es eso de la romería, que tiene poco que ver con la peregrinación y mucho con tener libertad, que hay que ganarla, trabajar por ella y practicarla. Y qué mejor tema que ALLÁ ARRIBITA, un son más andino en el que reivindica la microtoponimia de la Asturies vaciada, por la ruralidad y vivir de manera consciente.

A pesar de todo había quien todavía estaba acomodado en su butaca, incluso con el bochorno nocturno, por lo que Rodrigo decidió tomar cartas en el asunto y desnudarse ante el público con un medley del clásico de joe Cocker, You Can Leave Your Hat On. Pero para que haya romería tiene que haber reciprocidad: enseguida, todas las personas allí presentes le tiraron a la cara chaquetas, pañuelos y todo tipo de prendas, para disfrutar de estar vivos en ese momento. Así pudo mojar el dedo en el repertorio del disco anterior (Manual de cortejo, Arís Música 2019) con Arboleda bien plantada.

Y es que el público ya no podía descansar, porque Cuevas buscaba continuamente su complicidad con bromas y comentarios sobre la necesidad de modernizar conceptos como la heterosexualidad, el matrimonio por la Iglesia y la ecología, que remató con VALSE y siguió de un brindis a medio camino entre el francés y el asturiano, para hermanar corazones. Después volvió a picar otra vez del repertorio más tradicional con CASARES, otro de los sencillos del nuevo disco, original del pueblo de Casares de Arbás, en el que mezcló ritmos pleneros y estroas en referencia a Xixón y San Juan de Puerto Rico.

No obstante, no podía barrer siempre para casa, y quiso tener un guiño para el público francófono con una versión de Laissez-moi danser de Dalida, que puso a todo el teatro en pie para bailar. Reajustó después con una canción más sensual, El día que nací yo, aunque poco pudo controlar la gana de vender Piloña: después de enseñar al público bretón cómo admirar una estrofa de toná, recuperó el ritmo con CÓMO YE?!, un sencillo más fiestero y animado, al que siguió con su Xiringüelu de perreo y cortejo. Tras esto, refrescó el repertorio con Veleno, una canción que hizo en colaboración con el artista gallego Baiuca, uno de los mayores exponentes del género de la galitrónica.

Poco quedaba en la noche que no fuera ir pensando en la resaca emocional del día siguiente, que escenificó con MATINADA (Resaca), que fundió en negro el escenario y parecía poner el broche final… Solo para volver con Rambalín y explicar quién fue, qué era Cimavilla y cómo ejerció la libertad ese “maricón de nacimientu” en un Xixón que sufría bajo la garra del fascismo.

Había que compensar la tensión emocional con algo de baile, para salir con ganas a los baries lorienteses; así que, entonces sí, cerró el repertorio con Muiñeira para a filla da bruxa y Romería.

En definitiva, una noche “inaugural” del Festival Intercéltico de Lorient que dejó preparados los ánimos y los cuerpos para siete días de encuentros culturales, musicales y artísticos en la capital del mundo celta.

Aymara González Montoto

 

 

 

Esta obra está licenciada bajo una Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional.

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