El abandono de las zonas rurales alcanza a las empresas lacteas asturianas, que suman dos décadas de caida en el número de explotaciones

El lácteo es uno de los sectores de mayor relevancia y protagonismo para el cooperativismo agrario y medio rural asturiano. Doce de las cooperativas agro-alimentarias asturianas, desarrollan su actividad dentro de este sector tanto de forma directa como indirecta; otras muchas están vinculadas con este sector, por la comercialización de productos relacionados con la alimentación animal y los servicios ganaderos. La desaparición de noventa explotaciones lácteas, un 4,6% del total, en solo un año y dentro de una dinámica involutiva que se mantiene las dos últimas décadas es sintomática de la situación en que se encuentra la ganadería asturiana.

Las cifras evidencian el fracaso del acuerdo para la estabilidad y sostenibilidad de este sector, un compromiso multisectorial que en teoría contemplaba reivindicaciones históricas, como la necesidad de identificar el origen de los productos lácteos, el cese de la utilización de la leche como producto reclamo basado en el bajo precio, o la aplicación de contratos, precios y volúmenes de compra en concordancia con la evolución del mercado.

Sin embargo, la consejera de Desarrollo Rural y Recursos Naturales, María Jesús Álvarez, ha calificado de «razonablemente bueno» el año 2017 en lo referido al sector lácteo, aunque encuentra ligeramente «preocupante» la pérdida de explotaciones de leche.

En su análisis de la situación no vincula el cierre de explotaciones de leche a la caída y envejecimiento de la población rural, ni ve la relación entre la falta de relevo generacional con el abandono  y la falta de servicios en los pueblos. El abandono de las áreas rurales se une  a la baja rentabilidad del trabajo ganadero, el escaso margen de negociación condiciones y precios, muy por debajo de la media europea, creando un escenario muy poco atractivo para la incorporación de nuevos ganaderos..

El hecho es que estamos asistiendo al desmantelamiento del sector primario, que debería ser por las características orográficas y sociales del país el de mayor peso en Asturies, sin que se ofrezca a cambio una alternativa viable.

Llucía F. Marqués

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