La misma organización ultra cristiana que se hizo famosa por denunciar “ofensas a la religión” como el fotomontaje con la cara de cristo, a la Drag Queen que en carnavales se disfrazó de Virgen o el paseo de un clítoris gigante en semana santa, entre otros, carga ahora contra el derecho de las mujeres asturianas a decidir sobre su cuerpo y su futuro
Dentro de una macro acción contra una veintena de centros de todo el estado, que nos retrotrae al siglo pasado, Abogados Cristianos ha demandado a las clínicas asturianas Belladona, Buenavista y Sirona, en las que se practican interrupciones voluntarias del embarazo, alegando que en sus páginas web “incitan” a las mujeres a abortar, acusándolas de falsedad e incluso de “posible estafa”. También han iniciado una recogida de firmas a través de internet que lleva, hasta el momento, nueve firmantes.
La legalización de la interrupción voluntaria del embarazo y su inclusión en la seguridad social es uno de los avances más importantes conseguidos por las mujeres en las últimas décadas, ofreciendo a la mujer la posibilidad de controlar su propia vida y su sexualidad, algo que ofende muy especialmente a estas organizaciones ultracatólicas.
No podemos olvidar además que esta es una cuestión de género, pero también de clase: la penalización del aborto afectó en su momento, solo a las mujeres que no pudieron pagarse el desplazamiento a clínicas en países donde fuera legal. Por lo tanto, además de ser un instrumento liberador de la mujer es también un elemento igualador de las clases sociales, lo que también es difícil de asumir por parte de determinados sectores de la sociedad española.
Desde la liberalización del aborto el número de muertes maternas y de lactantes ha disminuido en Asturies.
Llucía F. Marqués
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