La procesión más asturiana recorrerá durante 10 horas las calles y los llagares de Xixón para celebrar el Viernes Santo a ritmo de gaita
Mientras por toda España la Semana Santa es sinónimo de llanto y fervor religioso, en Asturies es fecha de sidra y fiesta. Se abren toneles, se celebra la Primer Sidre l’Añu, las primeras espichas se ponen en marcha… y todo esto comienza con una sentida procesión el Viernes Santo, el Sidracrucis, un recorrido por bares y llagares en el que los participantes muestran su devoción al compás de la gaita, cambiando saetas por la tonada en un evento único en el mundo.
Esta original tradición lleva quince años llevando a cientos de peregrinos sidreros por su singular “calvario”, que cada año cambia de lugar, pero no de sentimiento. La fama del Sidracrucis hace tiempo que ha traspasado fronteras, siendo habitual que acudan peregrinos de otros países a acompañar a los asturianos en su pasión sidrera. Para esta edición el concejo elegido es Xixón, con al menos 10 bares y tres llagares a visitar, dos espiches y sidra a derrochar, pero para quienes vengan de otros concejos, habrá autocares desde Avilés y Uviéu.
Memorial Begoña Varillas
Este año el Sidracrucis estará especialmente dedicado a la memoria de una de sus mayores veteranas, Begoña Varillas, devota sidrera que ha dejado dicho en su última voluntad que se le despidiera y se le recordara siempre entre la sidra.
Llucía F. Marqués
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