El caso de Yuma, la niña de la Felguerina sin transporte para acudir al instituto, parece resuelto, (aunque con coste económico para la familia) gracias al esfuerzo de unos padres que tienen claros sus derechos y que no tuvieron miedo de enfrentarse a la Consejería por defender el derecho de su hija a vivir en un pueblo y seguir sus estudios. Sin embargo, ella no es el unico caso: Berducéu, Buseco, Aguanes, Caleyu o Cerréu son algunos de los núcleos donde las familias se encuentran con problemas para llevar a clase a los sus hijos.

Los brutales recortes económicos en el presupuesto al transporte escolar, impuestos por la Conseyería d’Educación, que afectan a unas 150 familias asturianas excluidas por decreto, de las rutas de transporte escolar concertadas se unen a lo escaso de las  compensaciones económicas aportadas a las familias que tienen que trasladar por sus propios medios a los escolares, un gasto adicional difícil de asumir.

Al mismo tiempo, se cierran escuelas rurales que podrían eliminar la necesidad de transporte.

Teniendo en cuenta que la educación en casa no es una opción en Asturies y por tanto que los niños tienen la obligación de acudir al centro tengan o non forma de llegar diariamente desde su casa, la solución de muchas familias pasa por el traslado a zonas urbanas. Esta es una opción que cambiará por completo la vida de las familias y que ya afecta claramente al mapa demográfico asturiano, fomentando la despoblación de unos núcleos ya muy dañados por el envejecimiento, el declive de la agricultura y la ganadería y la falta de servicios –se calcula que el 35% de la juventud rural asturiana se desplazará a una ciudad -. Todo esto tiene hondas consecuenciaes, tanto a nivel del desarraigo personal como en la terrible perdida identitaria derivada del alejamiento de una cultura y unas formas de vida  históricas.

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