Empate inédito entre el decadente Democratic Unionist Party y el reforzado Sinn Féin
Tras el colapso político producido el pasado mes de enero en el Gobierno unitario compartido entre la derecha unionista y la izquierda independentista, con la dimisión de Martin McGuinness como viceministro principal, la convocatoria de unas elecciones anticipadas para el Parlamento de Belfast finalmente acabó derivando en un escenario totalmente novedoso.
Después de una lucha electoral especialmente complicada el Democratic Unionist Party (28,1% de los votos) disminuyó su representación parlamentaria hasta los 28 escaños, solamente uno más que el cada vez más consolidado Sinn Féin (27,9%). En el Parlamento saliente la diferencia entre ambos partidos era de diez escaños. Por detrás quedaron el Páirtí Sóisialta Daonlathach an Lucht Oibre (11.9%), con 12 escaños; el Ulster Unionist Party (12.9%), con 10 escaños; y el centrista Páirtí Comhghuaillíochta Thuaisceart Éireann/Alliance Party of Northern Ireland (9.1%), con 8 escaños.
Gerry Adams, en un acto postelectoral en el oeste de Belfast, señaló que «la noción de una perpetua mayoría unionista ha quedado atrás». La nueva composición del Parlamento implica un cambio fundamental en la correlación de fuerzas existente hasta ahora en el enclave colonial del Reino Unido en la isla de Irlanda, al cual el “cleavage” del Brexit británico respecto a la Unión Europea no ha sido ajeno.
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