41.600 personas han emigrado de Asturies en la pasada década; casi otras tantas tendrán que escoger entre hacer lo mismo o continuar subsistiendo sin apenas ingresos
Hay noticias que se leen mejor juntas. Leíamos hace poco que más de 4.000 jóvenes al año abandonan el país y entre bromas y veras siento decir aquello tan bonito de “¿quién va a querer irse de este paraiso?”. Ni que decir tiene que quien lo decía se sentaba delante de un buen cachopo en el bar, regado con buena sidra, aprovechando al máximo unas vacaciones lejos del calor de su España natal.
Ayer salió en la prensa la segunda parte: otros 41.000 asturianos están en paro sin cobrar prestación; El 40% de entre ellos llevan varios años sin trabajar, a pesar de buscar empleo “de forma activa”. La mayoría, mujeres, muchas con hijos a cargo, junto con mayores de 50 años o jóvenes con excelente formación, pero sin experiencia ni posibilidad de alcanzarla. No hace falta ir muy allá para percatarse de que una buena parte de ellos marcharán del país a la busca de un futuro.
Ya puestos, también podemos cruzar estas dos noticias con otras dos recientes en las que se dan datos aparentemente contradictorioa: en Asturies ha bajado el paro, si, pero también la ocupación ¿Cómo puede haber menos trabajadores y también menos desempleados? Fácil, hay menos gente en edad de trabajar. 2.274 desempleados menos en un año en el que, de media, se han ido 4.000 personas a buscar trabajo al extranjero. 65.000 trabajadores menos en la misma década que 41.500 asturianos han dejado el país; otros cuantos se han jubilado.
Llucía F. Marqués
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