Las cifras de pesca de salmones y truchas en esta temporada de pesca vuelven a ser desastrosas. A la presencia de especies alóctonas, como la carpa y el cangrejo americanos, se suma el problema del furtivismo, con la falta de control de prácticas ilegales como la venta de salmones salvajes
La actual normativa de pesca vigente prohíbe la comercialización de cualquier especie piscícola, con excepción de los ejemplares procedentes de los centros de acuicultura debidamente autorizados, lo que no impide que durante toda la campaña de pesca, asociaciones de restaurantes y de hostelería así como varías sociedades de los pescadores reconozcan que más del 50% -algunas sociedades de pescadores elevan este porcentaje al 80- de los salmones pescados en Asturies se venden de manera ilegal a la hostelería.
Tanto la Consejería de Fomento del Principado como la Consejería de Sanidad y la Agencia de Sanidad Ambiental y Consumo del Principado informan de que no tienen conocimiento de ningún tipo de comercio ilícito de salmones salvajes de nuestros ríos, es decir, estas prácticas ni se persiguen ni se sancionan.
Los salmones no son los únicos afectados por este problema: truchas y reos son también objeto de esta práctica ilegal que imposibilita el control de capturas, con el grave impacto que supone para la conservación de estas especies cada vez más amenazadas en los ríos.
Además de poner en serio riesgo la conservación de estos peces, hay que tener en cuenta de que son vendidos sin ningún tipo de control sanitario.
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