El 24 de agosto de 1937 tuvo lugar la última proclamación de independencia asturiana, por la que el Conseyu de Asturies y Lleón se declaraba soberano e independiente de la República española. Con ello continuaba una tradición independentista aún viva, que comenzara con las rebeliones del conde Gonzalo Peláez en el siglo XI y continuara con la formación de la Xunta Suprema en el 1808
El Conseyu Soberanu d’Asturies y Lleón, proclamado en Xixón el 24 de agosto de 1937 bajo el trasfondo de la Guerra Civil Española, fue la última institución política soberana e independiente en la que los asturianos pudieron decidir su futuro.
El Conseyu Soberanu, presidido por Belarmino Tomás, fue gobernado por una coalición de partidos políticos y sindicatos de izquierdas y anarquistas, contando con representantes de las diversas organizaciones políticas y sindicales del bando republicano en Asturias, como la FSA-PSOE, la CNT, la HAZ, las JJLL, la JSU, el PCE, la UGT e Izquierda Republicana.
En su breve vida, el Conseyu Soberanu emitió sus propios sellos y billetes, como muestra de su eficiencia y su intención de perdurar en el tiempo. En el ‘Artículo 1. de la declaración de soberanía deja claro la intención de costituirse en un gobierno independiente y soberano permanente, con todas las funciones y consecuencias:
«El Conseyu Interprovincial Soberanu d’Asturies y Lleón, a partir de la fecha y hora de la promulgación de este decreto, se constituye en Conseyu Soberanu de gobierno de todo el territorio de su jurisdición y a él quedan terminantemente sometidas todas las jurisdicciones y organismos civiles y militares que funcionen o vayan a funcionar dentro del mentado territorio.»
El ministro de Defensa de la República española, Indalecio Prieto, y el mismo presidente Manuel Azaña, criticaron duramente la decisión de los asturianos, llegando a manifestar que preferían una Asturies franquista que independiente, como puede leerse en el mensaje enviado por los republicanos españoles a los asturianos «Rebeldes de Asturies, ¡rendios!», con amenazas tan claras como:
«España entera, con todas sus fuerzas, va contra vosotros, dispuesta a aplastaros sin piedad, como justo castigo a vuestra criminal locura»
No obstante y a pesar de la oposición explícita del Gobierno republicano, el mismo Conseyu llegó a presentarse a la Sociedad de Naciones como entidad soberana propia.
El Conseyu Soberanu se disolvió tras la ocupación total por las fuerzas franquistas de Asturies ese mismo invierno. Se tenía esperanza en la llegada el invierno como medio de frenar el avance de las tropas españolas, italianas y alemanas, pero a pesar de la heroica resistencia en Tarna, ese año la nieve tardó en caer y el enemigo acabó por traspasar la frontera.
La falsa transición política con la que continuó el franquismo no ha permitido recuperar esta auténtica institución de autogobierno, imponiendo por contra y sin posibilidad de decidir democraticamente un “Principado” vinculado a la monarquía española y un Estatuto de segunda, ajeno por completo a la sociedad asturiana, por lo que se considera el Conseyu Soberanu d’Asturies y Lleón como la última institución democrática del Pueblo Asturiano.
Llucía F. Marqués
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