Voi a proponer un experimento. Imaginen una aula de la escuela más cercana a su casa. Si  tiene usted hijos, piense en su clase. Probablemente le vengan a la cabeza 25 chiquillos y chiquillas sonrientes en diverso grado de despeine.

Haga tres grupos, al azar. Tendrá ocho o nueve niños en cada uno. Así, mírelos bien. Uno de los tres grupos pasa hambre.

Hambre, frío, falta de ropa y calzado adecuado, escasez de material escolar, dificultades de higiene… puede incluso que alguno viva en una infravivienda, compartiendo casa con los abuelos y más familia o sin luz. Probablemente no enciendan la calefacción en todo el año y tengan tasado el agua caliente. Nada más en Xixón se conocen 7 familias que viven en vehículos; en Avilés hay otros 3 casos registrados, en Uviéu son 5 familias las que se saben, del resto de Asturies no hay datos. En los colegios de sus hijos no lo saben.

Vuelva a mirar los grupos. Parece imposible ¿verdad? Se les ve a todos tan parecidos… La pobreza no siempre es evidente y en muchos casos las familias hacen todo lo posible por disimular su situación, cualquier cosa antes de ver al hijo señalado, que no le falte ese libro que piden en clase, que no sea el único que no va a la excursión.

Hablando de excursiones, una reflexión dedicada a los maestros. Una excursión escolar de cinco euros deja una familia sin leche una semana; un libro de lectura obligatoria merma a la mitad el presupuesto familiar semanal para comer. Piénsenlo bien antes de pedir más gasto escolar.

Tornando al tema principal. Tenemos un tercio, cuando no más, del  futuro de Asturies sobreviviendo en la miseria. No se hace nada al respecto. En los ayuntamientos sobra dinero del destinado  a asuntos sociales. Los apoyos a la pobreza infantil, 700 euros para pasar el año, alcanzan apenas a un tercio de sus solicitantes. ¿A quién interesa acabar con el futuro el país? Da que pensar…

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