El caso de Rubén, el niño xixonés de 14 meses que necesita una donación de médula antes de cumplir los dos años, hace que muchos asturianos se estén planteando hacerse donantes. Para ello solo tendrán que dedicar unas horas
Rubén tiene catorce meses, un hermano que lo quiere un montón, una sonrisa enorme y ‘mucopolisacaridosis tipo uno’ o síndrome de Hurler. La incapacidad de producir una enzima hace que acumule toxinas que lo enferman continuamente, una enfermedad rara y degenerativa que lo lleva a hacer transfusiones semanales y que le puede causar problemas muy graves de hueso, oído, vista e, incluso, mentales.
Afortunadamente, existe una posibilidad: sólo necesita un donante compatible de médula y eso es lo que se está buscando en una carrera contra reloj, ya que sólo será efectiva si se realiza en los próximos diez meses.
En Asturies las donaciones las gestiona el centro comunitario de sangre y tejidos. Así que el primer paso a dar cuando hemos decidido donar médula es llamar a este organismo en el teléfono 985232426, donde recibiremos información precisa de cómo donar, dónde hay que ir y comprobarán el cumplimiento de los requisitos para llevar a cabo la donación.
Para tener mayor probabilidad de éxito en una intervención, la Organización Nacional de Trasplantes establece como requisitos principales tener entre 18 y 55 años y estar sano, es decir, no padecer ninguna enfermedad susceptible de ser trasmitida al receptor ni padecer ninguna enfermedad que pueda poner en peligro su vida durante el proceso de donación.
El siguiente paso es un sencillo análisis de sangre y una firma, tras lo cual el donante queda inscrito como tal en el Registro mundia de Donantes de Médula Ósea (REDMO). es importante tener en cuenta que no se puede donar médula para un paciente concreto, sino que una vez inscrito el donante está disponible para cualquier persona compatible que lo necesite, con independencia de donde resida.
Ahora toca cruzar los dedos: solo una de cada 40.000 personas es compatible, una auténtica lotería para los enfermos que, como Rubén, tendrán más boletos para ganar cuantas más personas hagan la prueba.
Cuando por fin aparezca el donante adecuado sólo tendrá que dedicar unas horas de su vida para mejorar la de Rubén: el proceso de donación de células madre se hace por uno de los dos procedimientos siguientes: mediante punción realizada en quirófano o mediante aféresis, un proceso en el que se administran al donante «factores de crecimiento hematopoyético» y después se hace una transfusión directa de su sangre al enfermo.
El caso de Rubén nos impacta, porque es un niño, porque lo sentimos cercano, porque comprendemos la angustia de los padres. Pero son muchas las personas pendientes de recibir una donación de médula, sus vidas bien valen unas horas de nuestro tiempo.
Llucía F. Marqués
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