El Principado aprueba la autorización ambiental de una planta de desguace de barcos en el puerto del Musel sin responder a las alegaciones de los grupos ecologistas
Un desguace de estas características atraería hasta el puerto de Xixón un buen número de barcos antiguos, contaminados y contaminantes, provenientes de toda Europa, convirtiendo el Musel en un vertedero naval de terceros países.
Los procesos de descontaminación de barcos generan de forma habitual abundantes vertidos de sustancias contaminantes y el hecho de que se pretenda realizar una parte del desmantelamiento en el mar, hace más difícil la contención de los pequeños residuos, lo que generaría un efecto acumulativo de contaminación del agua, perjudicando a la fauna marina y repercutiendo tanto en las actividades de pesca como en la calidad de las playas.
No puede olvidarse tampoco la elevada contaminación acústica que padecerían los vecinos de la zona ni el peligro que representa la acumulación de sustancias inflamables y nocivas en la cercanía de una actividad en la que, como es el caso de los desguaces, son habituales los incendios.
Por ello es primordial contar con un estudio exhaustivo de los posibles efectos de esta planta, así como de la acumulación de impactos producida por la cercanía de otras empresas contaminantes y peligrosas en el mismo área.
A pesar de que la normativa europea exije tener en cuenta las alegaciones presentadas, el proyecto ha recibido el visto bueno por parte del Principado sin que mediara ninguna respuesta a las mismas tras dos años desde su presentación. El Principado tampoco obligo a la empresa al perceptivo trámite de aceptación social del proyecto, de acuerdo con lo establecido en el Convenio sobre el acceso a la información, la participación del público en la toma de decisiones y el acceso a la justicia en materia de medio ambiente, ratificado por España el 15 de diciembre de 2004.
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