Imaginaos la cara de Tino Cortina, Presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP Sidra de Asturias), cuando entra en el Hotel Reconquista en el acto de los Premios Princesa de Asturias y se encuentra para beber un conocido cava catalán, un vino Rioja y un Rueda.

Imaginaos la cara de Beatriz Pérez, Presidenta del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Vino de Cangas del Narcea, invitados esta semana con su exitosa Bodega Vidas a la Feria Alimentaria de Lisboa, cuando abren un periódico asturiano y se encuentran con una foto de los Concejales de Uviéu brindando con el «vino español» que dan con el bollo preñáu en el Martes de Campo.

Dos ejemplos de una situación normalizada en las instituciones asturianas. Son excepcionales los ayuntamientos e instituciones que utilizan producto asturiano para los dos actos. ¿Tan complicado es? ¿De verdad es nada más por una cuestión de ignorancia o precio?

Todos los productores asturianos, esos quien nos hacen conocidos internacionalmente, se quejan de la falta de apoyo de las instituciones asturianas, y no es nada más una cuestión de dinero, muchas veces es más importante el apoyo logístico, como servicios de traducción.

El autodio asturiano. El ruxerux que el vino de Cangas del Narcea es malo cuando gana premios por el mundo; quen la sidra es un producto menor al vino, cuando nuestra sidra es reconocía por todo el mundo. Ni conocen la sidra brut, ni la sidra de mesa, ni la sidra de hielo. No les importa, o sí, pero queda mucho más snob poner vino Rioja que un Carrasquín, no vaya ser que piensan que somos paletu.

Estos son los dirigentes quen nos representan, los que gestionan nuestro dinero y definen las leyes para desarrollar la mejora de nuestros productos y nuestra economía. Esos, quen ni siquiera los conocen, y si los conocen se avergüenzan de ellos.

¿Espabilaremos algún día?