Las frecuentes emisiones de nubes negras y naranjas provenientes de las chimeneas de Arcelor ya apenas sorprenden a los asturianos, acostumbrados como estamos a ser víctimas de esta contaminación, pero su peligrosidad quedó patente para un grupo de turistas que dieron la alerta, enviando sus fotos tomadas desde la autopista
La reforma realizada el año pasado no ha conseguido eliminar los problemas habituales de las emisiones de partículas con metales en la acería, ya que, si bien es cierto que ahora las nubes son de menor tamaño, son mucho más frecuentes y a las continuas nubes naranjas vienen a sumarse ahora las negras.
La Coordinadora Ecoloxista d’Asturies se ha hecho eco de esta alarma y ha vuelto a denunciar el hecho ante la Consejería de Infraestructuras del Principado “Sin que hasta el momento se hayan tomado medida alguna para reducirlas o minimizarlas a pesar de su elevado impacto en el entorno y de nuestras denuncias y las de los vecinos que la sufren”. Para ellos resulta evidente que el actual proceso de aspiración, lavado y depuración de gases de la acería no es el adecuado y “es preciso mejorarlo sin demora para evitar estas continuas emisiones contaminantes que sufren los vecinos de Carreño.”
Los picos de contaminación atmosférica disparan los ingresos hospitalarios en Asturies por enfermedades respiratorias, de acuerdo a un estudio epidemiológico realizado por la consejería de Sanidad presentado el año 2016. La estación de control de la contaminación que estuvo temporalmente situada en el pueblo de Llogrezana presentaba valores muy por encima de la norma, por lo que el Principado ha decidido retirar la estación de medida y ubicarla en otros puntos del concejo menos esclarecedores.
Llucía F. Marqués
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