Los alrededor de 260 ejemplares oficialmente censados en el último recuento alejan de la Cordelera Cantábrica la sombra de extinción
De la mayoría de los aproximadamente 260 osos controlados, entre 190 y 220, se localizan en la subpoblación occidental, mientras que en el oriente son 40 los ejemplares registrados. De los datos recogidos desde que el dos mil puede deducirse un esperanzador avance que hace intuir la consolidación de la población osera en Asturies. De mantenese la tendencia actual, con 40 osas en edad de cría frente a las diez contabilizadas hace diecisiete años, la amenaza de desaparición del oso pardo de nuestras montañas va alejándose, lo que no quiere decir que el peligro esté descartado completamente ni que se tengan que abandonar las medidas de protección de este emblemático animal.
Este crecimiento tiene sus consecuencias en lo que respecta a la convivencia humana, siendo cada vez más habituales los avistamientos en las cercanías de poblaciones, especialmente en Cangas del Narcea, Degaña, Ibias, Belmonte, Somiéu, Tinéu, Quirós, Teverga, Proaza, Santu Adriano, L.lena y Ayer, haciendo temer a los ganaderos por la seguridad de su ganado. Ahora es responsabilidad del “Principado” tomar medidas que permitan la convivencia entre osos y humanos sin que esta buena noticia tenga porque convertirse en una preocupación más para los que intentan seguir viviendo en las zonas rurales.
Hasta ahora lo que ha hecho el Principado –en colaboración con la Fundación Oso Asturias- ha sido elaborar un listado de recomendaciones sobre cómo comportarse en caso de encontrarse con un oso en libertad, aunque los ganaderos ven alguno de los puntos incompatibles con el desarrollo de su trabajo, como el de ir en grupos por la montaña o dar vuelta para casa cuando ves un oso. En todo caso, se recomienda la lectura de esta guía a quienes quieran pasear por las montañas asturianas y en caso de avistamiento, mantener siempre la calma
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