El cambio climático afecta ya a la ganadería asturiana: la escasez de pastos que ha producido la sequía de este año en las montañas de Babia adelanta la marcha del ganado más de un mes respecto a lo que era habitual
Los rebaños de Torrestío pasan el verano en las montañas de Babia, en el límite con los concejos de Teberga y Somiéu. Lo acostumbrado es que suban en mayo para su pastoreo estival y no bajen hasta inicios de octubre, pero este año los tres rebaños que pastan en las brañas de Torrestío, cada uno con unas 1.600 cabezas de ganado, ya han dejado el puerto y han hecho su “Descenso a Las Marinas”, forzados por la falta de alimento en las brañas de Valverde, Solarco y Trespando
En su camino pasan todos los años por las localidades de Torrestío, Quirós, Proaza, Santo Adrianu , Trubia y Las Regueras, llegando algunos en segundo tramo hacia Llanera, Corvera y Gozón, una tradición trashumante que permite a los ganaderos aprovechar los prados de alta montaña, dejando los del llano para el invierno, que este año promete ser largo y seco, lo que implicará más gasto en hierba para aquellos a quienes no alcance la hierba segada para toda la estación fría.
Llucía F. Marqués
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