La autorización ambiental de la planta de purines que la Central Lechera está construyendo en Navia -al lado de la papelera- a través de la sociedad Biogastur ha sido reformada sin previa fase de publicidad y consulta, de manera que permita el tratamiento dentro de la misma de residuos no ganaderos
Antes mismo del inicio del funcionamiento de la planta de tratamiento y depuración de purines de vacuno y aprovechamiento energético del biogás generado, el Principado ha ampliado el rango de los residuos a tratar en la planta. El proyecto original aprobado y que salió a información pública el 14 de julio del 2015, ya había generado desconfianza y numerosas alegaciones antes de esta reforma.
Los residuos que actualmente podrán tratar incluyen lodos de industrias lácteas, lacto suero, restos retirados de cadenas alimentarias de productos lácteos, lodos procedentes del tratamiento biológico de aguas residuales industriales, residuos de corteza y madera, lodos de tratamiento de aguas residuales urbanas, gallinaza y pieles de manzana, un total que se acerca a las 120.000 toneladas de residuos variados, además de las 1.060 toneladas diarias de purines y 120 toneladas diarias de biomasa vegetal.
Los problemas relacionados con olores y vertidos están asegurados con la gestión de todos estos residuos orgánicos, algo que ocurre además en una zona ya muy castigada en este sentido, como Navía que lleva décadas sufriendo la contaminación de la papelera.
No es la primera vez que desde el “Principado” se modifica de forma unilateral una autorización ambiental sin informar a los vecinos ni al resto de entidades preocupadas por el impacto ambiental, para evitar así la presentación de alegaciones.
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