282 sacerdotes y 21 diáconos publican un manifiesto defendiendo la autodeterminación de la «nación catalana»
Una nueva voz se pronuncia en el conflicto nacional catalán con motivo del referéndum del 1-O. La de unos trescientos eclesiásticos que afirman actuar «en sintonía con nuestros obispos», que en el pasado mes de mayo ya emitieron un comunicado reclamando «diálogo» con el fin de reconocer la «singularidad nacional» así como «las legítimas aspiraciones del pueblo catalán».
En el manifiesto de estos trescientos religiosos el Estado español es cuestionado por negarse a «pactar las condiciones» del referéndum convocado, cuya realización material consideran «legítima y necesaria». Igualmente los firmantes llaman al pueblo católico y a toda la ciudadanía a reflexionar sobre el actual momento histórico y a «votar en conciencia en ejercicio del derecho fundamental que tiene cualquier persona a expresar libremente sus posiciones».
No es una nueva esta actitud en el catolicismo catalán. Desde hace años el obispo de Solsona, Xavier Novell, viene reivindicando un referéndum de autodeterminación, planteando que «el derecho de las naciones es superior al bien moral de la unidad del Estado».
Como reacción al manifiesto el Estado español trasladó su protesta a la jerarquía vaticana. Así el embajador español ante la Santa Sede, Gerardo Bugallo, entregó en mano al secretario de Estado vaticano, el cardenal Pietro Parolin, una nota verbal de protesta. Esa nota advierte que el manifiesto vulnera el Código de Derecho Canónico además de los acuerdos de 1979 entre el Reino de España y la Santa Sede.
Desde 2002 no se daba una situación similar, cuando cuatro obispos vascos rechazaron la ilegalización de Batasuna. Porque cuando en 2006 la Conferencia Episcopal española afirmó que el independentismo no era «moralmente aceptable» no hubo en cambio ninguna protesta del Estado español.
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