La votación fue realizada con una participación del 78%

Fue celebrado en las cuatro provincias de Dohuk, Erbil, Suleimaniya y Halabja, que oficialmente constituyen la Región autónoma del Kurdistan iraquí,  así como en las provincias  Kirkuk, Diyala y Nínive, que dependen administrativamente del Gobierno iraquí pero que están controladas por las fuerzas de seguridad kurdas.

El Gobierno de Irak, especialmente débil desde la aparición del Estado Islámico, no tiene medios para impedir el proceso independentista. De hecho poco más podía hacer que solicitar a la comunidad internacional que suspendiese el comercio de petróleo con el gobierno autónomo de este territorio.

Sin embargo los Gobiernos de Turquía y de Irán mostraron su oposición al referéndum ya que lo consideran un ejemplo peligroso para las poblaciones kurdas actualmente integradas en sus Estados.

El presidente de Turquía, Erdogan, incluso envió a su Ejército a realizar maniobras militares en la frontera advirtiendo que «Podemos plantarnos en el Kurdistán iraquí de repente, en una noche». El Parlamento de Turquía además renovó en una sesión extraordinaria una moción que permite a su Ejército intervenir en Irak y Siria para proteger la integridad territorial de estos Estados.

La República de Irán cerró sus fronteras terrestres y anunció la suspensión de todos los vuelos con destino u origen al Kurdistán iraquí.

El Gobierno de Siria en cambio adoptó una actitud algo más moderada considerando «inaceptable» el referéndum pero mostrándose dispuesto a negociar una autonomía con los kurdos de su Estado.

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