La desaparición de las grandes empresas de las cuencas mineras y con ellas de los miles de puestos de trabajo asociados amenazael futuro de una de las más emblemáticas zonas asturianas
Explosivos Rio Tinto, Duro Felguera, Ensidesa, Hunosa, Alas Aluminium, Venturo, Ascamón… y ahora Iberdrola, las empresas que han dado a las cuencas asturianas su poder industrial van desapareciendo, arrastrando con ellas a otras más pequeñas, además de a la hostelería y el comercio de la zona. No pasará mucho tiempo sin que esto derive en una pérdida aún mayor de población y el consiguiente recorte en servicios (colegios, centros de salud…) que ya no serán asumibles para una economía hundida y una población mermada.
El cierre de la central de Lada es un golpe más, en un plazo máximo de cinco años será otro recuerdo industrial, derrochando los 115 millones invertidos el año pasado para reducir sus emisiones y otros 17 que se invertirán en su desmontaje, un total de 132 millones de euros que dejarán a La Felguera con casi cien opciones menos de trabajo.
Ante esta situación, el inmovilismo y la indiferencia del “Principado”, de las centrales sindicales y de la misma población afectada, que asiste sin rechistar al desmantelamiento de todo su tejido económico, dando espalda a una larga historia de reivindicación social y laboral: la gente de la revolución del 34, de la Güelgona del 62, de las grandes movilizaciones mineras y metalúrgicas del siglo pasado, ha cambiado el futuro por un presente cómodo y desentendido que sin duda pasará factura a sus descendientes. Ya está pasándosela.
Llucía F. Marqués
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