El análisis de la situación y de las medidas a adoptar realizado por los expertos el día Mundial de las Montañas son directamente aplicables al territorio asturiano, una de las zonas europeas en las que es mayor el impacto de la disminución y el envejecimiento poblacional. Recientes datos destacan que como media un trabajador rural percibe en Asturies la mitad que un trabajador industrial
El cambio climático, el desinterés de las instituciones, la masificación turística, la degradación de las tierras, la escasez de servicios, la sobreexplotación y los desastres naturales constituyen, entre otros, fenómenos que amenazan unos recursos esenciales para el planeta, ya que más de la mitad de la población mundial depende de las zonas de montaña para abastecerse de agua, alimentos y energía limpia. Se estima que en torno al 39% de los habitantes de montaña en los países en desarrollo (329 millones de personas) es vulnerable a la inseguridad alimentaria, así como al aislamiento y a la pobreza.
Esta situación de riesgo fomenta que el abandono aumente de forma exponencial, generando un círculo vicioso en el que la despoblación genera disminución de medios y servicios y la falta de estos deriva en un incremento de la emigración, menguando también la preservación de la diversidad cultural y agrobiológica.
Se hacen imprescindibles mayores inversiones y políticas orientadas a aliviar las duras condiciones de vida de las comunidades de montaña, gestionando correctamente los riesgos a través de la prevención, valorando los conocimientos tradicionales de los habitantes y respetando su forma de vida por encima de otros intereses, permitiendo la participación activa de los pueblos implicados en la toma de decisiones, priorizando la rehabilitación de los servicios públicos como la escolarización y la atención sanitaria e implementando infraestructuras de transporte y comunicaciones. La adopción de medidas específicas para la adaptación al cambio climático resulta igualmente urgente.
También se proponen los pagos por servicios ambientales, contribuyendo de esta forma a mejorar las condiciones económicas de las comunidades de zonas montañosas, así como la promoción de productos y servicios de alta calidad, facilitando el acceso a los mercados internacionales.
Llucía F. Marqués
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