La cervecería, conocida en todo el escenario céltico europeo por su ambiente y sus conciertos, nació de la mano de la música, pero la política de Licencias y Urbanismo aplicada por Somos Uviéu impidió desde el 2015 la celebración de conciertos en el local, llevándolo a su cierre
Aunque inicialmente se aseguró que la prohibición de conciertos era «algo puntual», el concejal responsable, Ignacio Fernández del Páramo declaró que «las actuaciones en directo en algunos locales de este municipio son un problema no resuelto desde hace años» y anunció que, acatando la normativa española vigente en esta materia, la actividad musical que venía desarrollándose en el Ca Beleño se convertía en una infracción.
Tras las primeras denuncias, el propietario del local, Frank Delgado, unió a hosteleros y músicos en un movimiento para tratar de cambiar la Ley de Espectáculos Públicos que aglutinó en torno a ellos a numerosos colectivos: vecinos, Universidád de Uviéu, Abogados Jovenes, Informadores Turísticos, Asociaciones culturales y profesores del Conservatorio exigieron el desbloqueo de esta situación, pero por el momento las complicaciones para poder ofrecer música en directo continúan. La actual legislación permite a los locales debidamente insonorizados emitir sin límite música grabada hasta 90dB, pero prohíbe al mismo tiempo cualquier volumen de música en directo que no haya cumplido una larga serie de trámites, lo que ha llevado a minimizar los conciertos en directo, sobre todo en Uviéu, donde la medida se está aplicando con especial rigor.
La situación perjudica enormemente al ámbito de la cultura musical asturiana, ya que estos conciertos en locales hosteleros son el principal medio a través del que se pueden dar a conocer las nuevas formaciones musicales. El cierre del Ca Beleño, además, afecta muy especialmente al entorno del celtismo asturiano, que pierde así su principal punto de encuentro.
En el caso concreto del Ca Beleño, el proyecto renacerá en el antiguo balneario de Borines, donde abrirá el mes de marzo una nueva fábrica para su cerveza Ordum, donde organizarán sin tantos problemas conciertos, catas, demostraciones o jornadas.
Llucía F. Marqués
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