La histórica manifestación, en la que más de venticincumil asturianos revindicaron un estatus legal que respete los derechos lingüísticos de nuestro pueblo, ha sido recogido por abundantes medios de comunicación, tanto del país como extranjeros
Son muchos quienes consideran que el día de ayer supone un punto de inflexión, marcando un antes y un después en las reivindicaciones lingüísticas que el «Principado» no puede seguir ignorando. La convocatoria ya había sido un éxito en las semanas anteriores a la misma, al alcanzar el apoyo explícito de algunas entidades que hasta ahora se mantenían al margen o luchaban en el bando contrario y con decenas de organizaciones sumándose, en muchos casos por primera vez, a la vieja lucha por la Oficialidad que comenzara Conceyu Bable el siglo pasado.
La calle Uría convertida en una marea de música y asturinas y los asturianos a una sola voz con una exigencia clara, sencilla y desde cualisquier punto de vista justa: el reconocimiento como tal de una lengua de siglos, recogida por la misma UNESCO y la U.E como idioma minorizado, pero que sigue viva después de tantos años de salvaje represión.
El día después el mundo recoge la exigencia de Oficialidad en sus titulares y Asturies contiene el aliento, en espera de una reacción oficial a la demanda del pueblo asturiano. Mientras tanto, vamos calentando motores para el Díe de les Lletres.
Llucía F. Marqués
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